martes, 21 de agosto de 2007

El día en que la luz se apague...



No he dejado de llorar... de alegría... de nostalgia... de felicidad de haber sido amado, de amar... de haber sido extrañado, anhelado, cuidado y perdido... de estar allí en medio de sus brazos de los que me amaron desde el primer instante… los que siguen y los que partieron... y luego de tener entre mis brazos a los míos, a ese ser que va para los cinco años y a aquella dama que hoy cumple 29… también anhelo a aquel que se forma en sus entrañas… De haber abrazado a los amigos de toda la vida, de sonreír y llorar sus alegrías y penas.
Algunos prefieren pasar de esta copa… no pensar en aquel día en que ya no estará la luz que ilumine el camino de otros… pero lo hago ahora, porque escribo con la honestidad de la palabra que llega al ser amado y querido. Vivo la vida con pasión, cimentando los recuerdos con cariño, con paciencia, con sabiduría. Estoy ahora y eso es suficiente para ser feliz...

lunes, 20 de agosto de 2007

aplicando la psicológica....


Sí, allí estampaste tu huella... Ahora me llamas Daniel... Y me encanta que así sea. Eres una especie de adultito en un diminuto cuerpo que quiere a toda costa demostrarme que me amas, que te hago falta, que te resulto imprescindible... y así me siento también respecto a ti.

Te desesperas porque quieres ya tener a tu hermano... te digo que él lo haré emelecista desde el minuto inicial... y al principio te quedas en blanco, no sabes que responder, sonríes y tus ojos se mueven de un lado a otro.. te juego la psicológica -como dicen- para que cambies esa manía de querer ser barcelonista... pero no... no das tu brazo a torcer... y no me desencanto. Me alegro que busques argumentos, aunque sean locos, para sustentar tus posturas... Con todo, a Matías, le pondré la camiseta azul.. y ya verás lo lindo que se ve...

Te amo...



28 semanas.... faltan 11 y contando...

PD: A Matías... se le ha dado por jugar al desentendido... cuando alguien pone su mano en la barriga de mamá, el se queda estatua... nada de moverse, y nada más despegar la mano para que él empiece a patear... pero el otro día te sentí... parece que diste una patada... fue nuestra primera acción-reacción y me emocionó mucho saber que ya me tomabas en cuenta, aunque sé que no tienes idea de quién es que molesta agitando, apretando y golpeando suavemente la barriga de mamá.