El super agente ecológico


Luego se calzó las gafas y vestido como super agente secreto nos fuimos de compras. La verdad es que él y yo en el supermercado somos un peligro para la economía familiar. Siempre traemos una cuenta inflada con cosas que no siempre son prioritarias. Pero ni modo. Lo importante es que nos divertimos en grande. Caminamos y nos conocimos más.
Mamá esa mañana se quedó en casa... cuidando a Matías...
Por cierto, ese muchachete sigue dando cierta guerra, especialmente por las noches. Pero es tan lindo y fascinante descubrirlo, conocerlo, olerlo... acariciarlo. ES DESESPERANTE bañarlo, porque grita como si lo estuvieramos despellejando... jajaja. Toca calmarlo después con el seno materno.
Pura vida