El super agente ecológico
Fue una mañana de padre e hijo. De esas entrañables, de aquellas que son de por sí, especiales por el mero hecho de compartir. Primero le hicimos a la ecología. Sembramos un par de árboles que de ahora en más, espero contribuyan a mitigar los efectos que ha causadola deforestación y el abuso de los humanos al planeta. Andrés plantó un algarrobo y yo un acacia azul. Los arboles están en el denominado Bosque Vocero. Si quieres más informes puedes acceder a http://sambito.blogspot.com
Luego se calzó las gafas y vestido como super agente secreto nos fuimos de compras. La verdad es que él y yo en el supermercado somos un peligro para la economía familiar. Siempre traemos una cuenta inflada con cosas que no siempre son prioritarias. Pero ni modo. Lo importante es que nos divertimos en grande. Caminamos y nos conocimos más.
Mamá esa mañana se quedó en casa... cuidando a Matías...
Por cierto, ese muchachete sigue dando cierta guerra, especialmente por las noches. Pero es tan lindo y fascinante descubrirlo, conocerlo, olerlo... acariciarlo. ES DESESPERANTE bañarlo, porque grita como si lo estuvieramos despellejando... jajaja. Toca calmarlo después con el seno materno.
Pura vida